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Aquí estoy.
Viviendo tu total
ausencia.
Tu silencio.
Enseñándoles
a la una
y al otro
a danzar,
a amornizar
con mis pasos,
con mis sentimientos
y emociones.
¡Ardua labor!
Si existiese un premio internacional
a l@s peores alumn@s
de todas las academias
y cursos
de baile,
creo que se llevarían todos los premios.
Durante décadas.
No solo me pisan los pies,
me ignoran
y
me retuercen el alma.
No voy a soltar chorradas románticas de esas
como "no puedo vivir sin ti"
(ya lo he hecho durante décadas, así que puedo)
o "desde que te has ido,
incluso a pleno sol,
no ha parado de llover",
ni "todo el sufrimiento del mundo celebra su asamblea del siglo
en mi corazón"
(aunque, ciertamente, así lo sienta).
Pero,
sé
que mi vida
con tu calor,
con tu voz,
con tu espontaneidad,
con tus correcciones,
con tu cultura,
con tu chispa,
con tu ánimo,
con tu ternura,
con tus sonrisas...
es mucho más agradable.
Mucho más digna de ser
ocupada
y
habitada
por mí.
Ignoro cuáles son los monstruos
que te alejan de este
tu enamorado.
Me gustaría saberlo
para poderlos retar
en justa pugna.
Aunque me pidan ser
mis duelistas
todos a la vez,
en desigual lucha,
aunque me hagan la trampa
de presentarse juntos,
y
de atacarme
simultáneamente,
a traición.
Con eso puedo lidiar.
Pero saber que me quieres,
que te remuevo a fondo,
que palpo
y disparo
tu corazón,
que consigo llegar a él,
como nadie ha llegado
y verte
alejarte,
danzar tu ausencia,
es lo que más me desgarra.
Libre eres,
de no volverme a hablar,
a escribir,
a pensar...
Pero...
¿Er es libre de amarme?
¿Qué prejuicios, proyectos, planes y compromisos
te alejan de mí,
desmantelaron esa bonita relación,
que
durante meses,
contacto a contacto,
tejimos
y bordamos?
Y,
un día,
desbordamos.
¿Tienes el valor,
la libertad
de poderme decir a la cara,
al oído,
"(ya) no te quiero"
"nunca te he querido"
"vete de mi vida"
y "no quiero saber más de ti"?
¡Atrévete,
quiero oír tu voz quebrarse,
deseo
sentir tus lágrimas caer,
como corren las mías,
cuando te expreso
todo esto!
Me jode sobremanera
estar haciendo de tísico romántico,
escribiendo con el sudor de mis ojos,
cuando
soy un tío práctico,
optimista,
constructivo,
que lo que quiere
es
levantar
contigo
un edificio de amor.
Un monumento a Eros
otro a Philos,
otro a Storgos,
otro a Pragma,
otro a Ludus,
uno más a Philautia,
y el más bello a Agape
También un monumento,
hueco,
a Manía.
Y seguir queriéndote.
día a día.
Ganar cada céntimo de mi sueldo
por ti,
hacer frente a la tempestad de tus antojos
(de los suyos)
por ti.
Preparar papillas,
cambiar pañales
levantarme de la cama,
y acostarme,
por ti.
Y por mí.
Por nuestro proyecto.
Nuestra familia.
Al menos analicemos
si todo eso
es posible
y viable
junt@s.
Y, heme, aquí,
en vez de eso
llorando
tu
implacable
ausencia.
De todos modos,
vine aquí,
como empezaba mi poema,
ahora,
para agradecerte,
todo lo que me has hecho
y me estás haciendo
sentir.
Me has insuflado vida,
me has
descubierto
la que en mí
hibernaba,
dormitaba
deprimida
por otras heridas
pasadas.
Me has redoblado
las razones
y las ganas
de VIVIR.
Le has dado sentido
a ese atroz verbo,
cruel,
lo has conjugado
en tiempo presente
perfecto,
futuro
pluscuamperfecto
en modo
descubritivo,
en
maravillativo,
en
incondicional
y en
modo
sensacional.
¿Condiciones?
Tod@s tenemos.
Nuestra existencia misma es condición,
condicionada
y condicional.
Cadena perpetua,
pena de por vida
que tú haces
llevadera.
Gozosa.
Es,
precisamente,
por eso
que quiero vivirla
contigo.
Me gustaría conocerlas.
las tuyas,
tus condiciones,
tus mínimos
(no) negociables,
para poder lidiar con ell@s.
Con tu silencio
es más difícil.
Duele.
[para disfrutar de la declamación en voz del propio autor de esta obra: http://www.Gerttz.eu/Aquí Estoy (declamación).html]
Gerttz